Durante el embarazo, es necesario contar con un ginecólogo para seguir a la paciente durante todo el transcurso de la gestación.

¿QUÉ ES LA CITA OBSTÉTRICA?

La visita obstétrica es una encuesta completa que se realiza todos los meses a partir de las primeras semanas de embarazo, con el fin de seguir el curso clínico del embarazo de la futura madre y al mismo tiempo monitorear el bienestar del feto. Se recoge toda la información sobre el estado de salud de la madre, sobre los antecedentes familiares de la mujer y de su pareja y de sus respectivas familias con el fin de excluir patologías hereditarias, presentes en el patrimonio genético heredado del feto, y la presencia de ningún riesgo para la mujer embarazada y para el feto. Es aconsejable realizar la primera visita después de descubrir que está embarazada, sobre todo en el primer trimestre del embarazo.

¿PARA QUÉ SIRVE EL EXAMEN OBSTÉTRICO?

Durante la primera visita, en particular, se elabora el expediente obstétrico con la recogida de anamnesis familiar y personal. El ginecólogo, en particular, realiza preguntas sobre antecedentes personales y enfermedades presentes en la familia (tanto de la paciente como de su pareja). En la visita se valora el estado del cuello uterino y la morfología y tamaño del útero. La visita se completa con una ecografía que confirma el estado de embarazo. La ecografía obstétrica le permite ver la cámara gestacional en el útero, excluyendo la presencia de un embarazo ectópico. Identificar el número de embriones presentes y el tipo de embarazos gemelares. Destaca la actividad cardíaca del embrión y su vitalidad, permite la datación exacta del embarazo y finalmente evalúa la posible presencia de miomas o patologías uterinas. Mensualmente se realizan visitas posteriores, durante las cuales se realizan todos los exámenes y ecografías necesarios para la evaluación del bienestar físico de la madre y el feto.

¿CÓMO FUNCIONA EL EXAMEN OBSTÉTRICO??

Durante la visita obstétrica se recogen los datos anamnésticos más relevantes: información sobre patologías familiares, enfermedades hereditarias, enfermedades infecciosas específicas que pueden influir en la evolución de un embarazo (rubéola, CMV, toxoplasmosis, parvovirus, etc.), enfermedades maternas e intervenciones cirugías previas, alergias, transfusiones de sangre y finalmente información sobre estilos de vida (tabaquismo, alcoholismo, nutrición, etc.). También es importante el conocimiento de la historia obstétrica (embarazos anteriores y la modalidad de partos anteriores, posibles abortos) y ginecológica (resultados de exámenes de Papanicolaou, posible presencia de malformaciones uterinas y miomas, conocimiento de cirugías ginecológicas previas). Completa la visita: la toma de presión arterial, talla y peso corporal, la valoración de las condiciones de desarrollo del útero con examen abdominal y las condiciones del cuello uterino con exploración vaginal. Además, se realiza una ecografía para revisar el feto y descartar cualquier anomalía, para verificar su posición y escuchar los latidos del corazón y, finalmente, para medir su crecimiento normal. La ecografía también permite la evaluación de los apéndices fetales (inserción y posición de la placenta, cantidad de líquido amniótico) y la evaluación de la morfología del útero y los ovarios para detectar la posible existencia de patologías ginecológicas. Completar la visita: el visionado y valoración de los análisis de sangre y orina que se prescribirán cada mes.